domingo, 20 de octubre de 2019

DISERTACIÓN UNIDAD 1

¿EXISTE UN VALOR UNIVERSAL COMO EL BIEN, O LA VERDAD, O MÁS BIEN CADA UNO TIENE SU BIEN Y SU VERDAD?

INTRODUCCIÓN:
Para comenzar, el concepto de verdad se suele definir como “Realidad, existencia real de una cosa”. Algunos pensarán que esta definición es la correcta, la real, pero, ¿es esto correctamente aceptado para todas las personas? ¿Existe un concepto de realidad común entre todo ser humano? Este fue el gran debate entre Sócrates y Protágoras, los filósofos que dedicaron su vida a darle respuesta a la siguiente pregunta; ¿la verdad es una distinta para cada persona, o realmente existe una universal, la cual todas las personas podamos tener como referencia?
Por otra parte, también encontramos como definición de bien lo siguiente: “Lo que en sí mismo tiene el complemento de la perfección”. Ante esto, nos podemos preguntar si de verdad existe el concepto de perfección, o ha sido fruto de la necesidad de orden del ser humano. 
A continuación, vamos a ver los dos puntos de vista con los que podemos dar respuesta a todos estos interrogantes, analizando las posturas de Protágoras y Sócrates. 


DESARROLLO:
Este debate se inició en el siglo V a.C, cuando se dió el giro antropológico de la filosofía en Grecia, cuando los pensadores dejaron atrás el estudio de la naturaleza y su arché (el origen del cosmos), y comenzaron a observar al ser humano. Esta etapa de la historia de la filosofía será protagonizada por los dos grandes filósofos Protágoras y Sócrates, los cuales se oponían a las ideas del otro.

En primer lugar, encontramos a Protágoras de Abdera, quien formó parte del movimiento sofista, promovido por educadores extranjeros que cobraban por sus enseñanzas, las cuales se basaban en dar más importancia a la retórica que al concepto de verdad y bien universal. Esto fue debido a que los sofistas consideraban que no existía una verdad absoluta en sí, sino que cada uno tenía la suya. Es decir, que el Ser, la ley y la verdad, eran conceptos totalmente distintos para cada persona. Concretamente, para Protágoras el principio de todo y la medida de todas las cosas era el ser humano frente al mundo que le rodea. De esta manera, también creía que aquellas cosas que parecen justas y honorables para una ciudad lo serán mientras que esta piense que lo son, mientras que para otras ciudades no lo serán. 

Por otra parte, encontramos a Sócrates, el filósofo ateniense del cual todo lo que se sabemos sobre él es debido a lo que registró su discípulo Plutón en forma de diálogo. Sócrates no estaba de acuerdo con Protágoras y sus pensamientos sofistas, debido a, en su opinión, su individualismo egoísta y porque cobraban por sus servicios. Además, este gran pensador fue condenado a muerte acusado por pervertir a los jóvenes con ideas que les hacían pensar. Esto fue debido a que Sócrates, a diferencia de los sofistas, creía plenamente que solamente existía una verdad y un bien universal a los que todos podíamos acceder. Creía además, que todo ser humano que hace el mal, lo realizaba porque no conocía este bien al que nos referimos, ni las consecuencias de sus actos, no debido a que existiesen las malas personas. De esta manera, este filósofo afirmaba que “conocer lo bueno supone obrar bien”. Para conseguir acceder a esta verdad universal común, Sócrates desempeñó junto a sus alumnos el famoso método socrático, el cual se dividía en tres fases:

- LA IRONÍA, con la que podemos relacionar la famosa frase “solo sé que no sé nada”. Consistía en el reconocimiento de que la sabiduría no consiste en considerar que se sabe, sino en considerar que se ignora. Según él, solo de esta manera se podía alcanzar la verdad.
- LA MAYÉUTICA, la cual consiste en ir aproximándose a la verdad mediante un diálogo dirigido por preguntas y respuestas. De esta manera, los propios interlocutores ayudados por Sócrates, concebían conceptos. Él solía decir que en esta fase se conseguían “dar a luz” estos conceptos, haciendo referencia a su madre, quien trabajaba como partera.
- Y por último, LA DEFINICIÓN, la fase más importante y el objetivo final de este método, el alcanzar la definición del bien universal.

En resumen, estas serían las dos perspectivas con las que se puede contestar la pregunta del título.

Actualmente, la postura de los sofistas y Protágoras es la más aceptada refiriéndose al punto de vista de la sociedad, sin embargo, el método socrático se sigue utilizando en nuestros días, y para asuntos tan importantes como la elaboración de las leyes de un país o un juicio. En estas dos situaciones se aprecia muy claramente una de sus fases, la mayéutica, ya que mediante un diálogo entre políticos o entre el juez y el acusado, se llega finalmente a una conclusión a la que consideramos la más justa y correcta, la verdad. Sin embargo, se puede dar el caso de que esta resolución no sea aceptada por todos, lo cual puede ser perfectamente explicado con la teoría de los sofistas y su gran representante y defensor Protágoras. 

CONCLUSIÓN:
Para terminar esta disertación, he de decir que ninguna de estas dos posturas son completamente incorrectas, ya que la filosofía se trata de un saber crítico, todo es cuestionable. Además, creo que el considerar o no que existe una realidad y un bien universal puede ser distinto para cada persona, con lo que me aproximo más al punto de vista de los sofistas. Creo que podemos observar que el concepto de bien solo existe entre el pensamiento humano. Ningún otro ser vivo conocido posee este término, al igual que la subjetividad. Cada persona tiene sus propios sentimientos y su propia manera de reaccionar a las cosas, lo que se puede traducir a que cada persona tiene su propia verdad universal ante cualquier situación, no todos vamos a reaccionar ni a concluir algo de la misma forma. Sin embargo, también creo que la respuesta de Sócrates ante este interrogante debe ser considerada para ejercer un orden. Si simplemente nos conformásemos con decir que cada persona tiene su opinión y su bien universal, la convivencia entre los humanos sería un caos, lo que se puede solucionar con el método socrático, teniendo en cuenta todos los puntos de vista que pueden surgir.
En resumen, creo que por una parte, la teoría Protágoras es la generalmente correcta, pero no por ello debemos descartar completamente la manera de pensar de Sócrates, pudiendo aplicar su método en ciertas ocasiones.




3 comentarios:

  1. Hola Ana, has hecho muy bien tu disertación. Has puesto mucha información útil y a la vez muy bien argumentada. No hay nada que reprocharle a este trabajo. Felicidades.

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  2. Enhorabuena Ana, está fenomenal, estoy seguro de que te ha servido mucho para preparar el examen. Genial.

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